Primero MARTE, después Portugal…

Después de un lluvioso, en extremo, invierno, en el que ha diluviado día sí día también; y cuando no llovía hacía un frío curioso. De repente, a primeros de abril, como suele ocurrir por estas latitudes, paso del abrigo al bañador sin solución de continuidad…

No hay mejor excusa que ver el jardín en el que se han convertido los campos, para salir a dar una vueltecilla en moto. Esta vez, me acompaña mi buen amigo Pedro, al que conozco desde hace muchos años aunque, curiosamente, no ha sido hasta hace relativamente poco que he sabido de su afición por estas máquinas. Ha sido un poco pesado tener que estar esperándole constantemente, ¿qué se puede esperar de estas motillos con cámaras en las ruedas? pero disfrutar de su compañia se merece eso y más. Vamos allá… (PULSAR EN LAS FOTOS PARA TAMAÑO COMPLETO)

Empezamos temprano, he quedado con él a las 8:30 pero tengo que atravesar toda Sevilla, así que salgo un poco antes de las 8. En Gines, empezamos nuestra ruta, de la que se puede ver el recorrido que hemos planificado.

La primera parada la hacemos en el Embalse del Columbel, donde vemos el reflejo de los caballos pastando en la limpia y brillante mañana. Un lugar realmente bonito.

        

Seguimos hacia el norte y la antigua vía de la estación de Berrocal. Aquí nos damos un garbéo por las piedras de este río cuyas especiales características y sus organismos extremófilos han servido de base para el proyecto MARTE (Mars Analog Research And Technology Experiment) de la NASA. Pisando sus piedras, se siente uno, realmente, en otro mundo.

Retrocedemos un poco y seguimos hacia Berrocal, donde paramos a desayunar algo… Las motos parecen las monturas de Don Quijote y Sancho… 🙂

Continuamos la ruta hacia Nerva y las Minas de Río Tinto. Un lugar excepcional con unos colores fotogénicos al máximo.

La extraña pareja… 🙂

La carretera nos lleva entre verde y flores hasta el embalse de Campofrío, donde merece la pena parar un rato y hacer unas fotos.

Aracena nos espera y en la Iglesia del Castillo tenemos unas excelentes panorámicas de la zona…

Llega el momento de seguir hacia Encinasola, la población más al noroeste de Andalucía. Las vistas no tienen mucho que envidiarle a un jardín francés…

En estos parajes decidimos detenernos a almorzar unos bocadillos. No hay mejor restaurante!!!

En Encinasola, aprovechamos para poner de nuevo gasolina. La «motillo» de Pedro se bebe 12 litros por 5 de la XMAX (jejeje)… A Portugal! Ya estamos tardando!!

Hay que dejar constancia del «histórico» momento 🙂

Si bonito estaba el campo en España, en Portugal no se queda atrás y la carretera nos obsequia con cuadros impresionistas en cada curva.

Otro de los puntos de interés de la ruta se encuentra en Minas de S. Domingo. Una mina muy similar a la de Río Tinto y situada a la misma latitud, lo que hace sospechar que se trata de la misma veta.

Continuamos hacia Mertola, un precioso pueblo con un castillo imponente. Poco antes de llegar, Pedro descubre un carril de tierra que nos lleva hasta un lugar desde el que hay una vista perfecta

Desandamos lo andado por el carril para continuar hasta el pueblo y tomarnos un café en un bar muy típico. Incluso algunos de los presentes se animan a cantar unos fados. Las botellas de Sagres en su mesa algo tienen que ver, aunque lo hacen realmente bien.

Empujamos las motos, sin arrancar para no molestar demasiado a los lugareños cantores, cuando por una esquina aparece una Harley que hace innecesaria toda precacución acústica.

La aburrida IC27, con la excepción del encuentro cariñoso con algún efusivo conductor portugués, nos lleva hasta Vila Real de Santo Antonio. Aunque la idea inicial es cruzar en barco hasta España, la hora hace que prefiramos cruzar el puente sobre el Guadiana por si hubiera salido ya el último barco.

Ya en España, nos perdemos un poco por Lepe, al elegir la salida equivocada, para buscar una gasolinera y hacer el último repostaje del día. Y de aquí a Sevilla por la autovía… Montones de insectos se acumulan en la pantalla del casco y el cansancio empieza a dejarse notar. Pedro llega a su casa un poco antes, yo cruzo la SE30 y por fin llego a casa a las 22:30. Mis chicas salen a recibirme y damos por cerrado el día, en familia.

Un día para recordar, con 589 kms de diversión en compañía de un buen amigo. Hay que repetirlo!!!

Por último, un estupendo vídeo, que ha editado Pedro, grabado con su fantástica cámara. Con sorpresa incluida jejeje 🙂

ps Pedro, regálame tu moto que te vas a arruinar con el consumo que tiene… 🙂